Cada vez es mayor el reconocimiento de que las mejoras en cuanto a la salud y el bienestar no han llegado por igual a todos los segmentos de la población en la Región de las Américas. En este artículo se analizan 32 políticas, estrategias y planes nacionales del sector de la salud con respecto a diez áreas distintas relativas a la equidad en la salud. El objetivo es comprender, desde una perspectiva, cómo se está abordando la equidad en la Región. Se ha encontrado una variación significativa, tanto en sustancia como en estructura, sobre la manera en que se maneja el tema en los planes de salud. Casi todos los países incluyen explícitamente la equidad en la salud como una meta clara y la mayoría abordan los determinantes sociales de la salud. En la formulación de estos planes se ha documentado desde ningún proceso participativo hasta procesos participativos exhaustivos y sólidos. En muchos planes se han incluido políticas sustantivas centradas en la equidad, como aquellas para mejorar la accesibilidad física a la atención de salud y el acceso a medicamentos asequibles, pero en ningún país se incorporan todos los aspectos analizados. Si bien los países contemplan a los grupos marginados en sus planes, solo una cuarta parte identifica específicamente a las personas afrodescendientes y más de la mitad de los países no considera a las personas indígenas, incluso en el caso de algunos países con una población indígena grande. Cuatro países contemplan la atención médica a los migrantes. A pesar de que existen metas sobre la equidad en la salud y datos de línea de base sobre las inequidades, menos de la mitad de los países incluyen metas con plazos para reducir las inequidades en la salud absolutas o relativas. No son habituales tampoco en los planes los mecanismos de rendición de cuentas claros, como educación, presentación de informes o cumplimiento de los derechos. Los países de la Región de las Américas muestran un compromiso casi unánime con la equidad en la salud, lo cual brinda una oportunidad importante. Aprender de los planes para la equidad más sólidos podría proporcionar una hoja de ruta para las iniciativas que tratan de traducir algunas metas amplias en metas con plazos específicos que puedan eventualmente mejorar la equidad.