En el 2015 y el 2016, la Comisión Regional de Verificación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) verificó, respectivamente, la eliminación de la transmisión endémica de la rubéola y el sarampión en la Región de las Américas. Una vez alcanzado este logro, se disolvió esta comisión. Poco después, en la etapa posterior a la eliminación, la Región tuvo que hacer frente a una serie de desafíos, en especial en cuanto a la respuesta y la detención de la transmisión de casos importados de sarampión. Como consecuencia de esta situación, Brasil y Venezuela (República Bolivariana de) perdieron su condición de países libres de sarampión en febrero del 2019 y julio del 2018, respectivamente. Estos acontecimientos motivaron que la OPS creara la Comisión Regional de Monitoreo y Reverificación de la Eliminación del Sarampión y la Rubéola (MRE-RVC, sigla en inglés), cuya finalidad es reverificar la situación en estos dos países y llevar a cabo evaluaciones intensivas de todos los países en relación con sus medidas para mantener la eliminación. Se encomendó a la MRE-RVC la tarea de promover la revitalización del compromiso político necesario para proporcionar recursos suficientes a fin de mantener la eliminación del sarampión y la rubéola en la Región de las Américas. A pesar de desafíos como la circulación mundial de los virus de estas dos enfermedades en otros lugares, es importante mantener la eliminación del sarampión y la rubéola en la Región. En este documento se describen las actividades de la MRE-RVC para hacer frente a los desafíos, y las enseñanzas extraídas, a la vez que se proporciona información sobre cómo mantener los logros alcanzados. Las principales razones para mantener estas actividades son las siguientes: la vacuna contra el sarampión salva más vidas que cualquier otra vacuna; el síndrome de rubéola congénita sigue siendo la principal causa de anomalías congénitas producidas por enfermedades infecciosas en el mundo; y los resultados de la vacunación contra el sarampión siguen siendo un indicador de la capacidad nacional para mantener la seguridad sanitaria y brindar una respuesta oportuna frente a futuras amenazas debidas a enfermedades infecciosas. Es imprescindible fijar un objetivo mundial para la eliminación del sarampión y la rubéola.