Objetivo.
Informar sobre la vigilancia de la pandemia por COVID-19 en Chile, analizar la respuesta a las intervenciones de salud pública implementadas desde el 3 de marzo hasta el 30 de junio de 2020 y evaluar los riesgos de colapso del sistema de salud.
Métodos.
Se analizó el número reproductivo efectivo, el subregistro de casos, la carga sobre las camas de cuidados intensivos disponibles, la tasa de letalidad y el número de pruebas diagnósticas de RT-PCR efectuadas para el SARS-CoV-2.
Resultados.
Tras un inicio acelerado, la pandemia por COVID-19 parecía estar relativamente controlada en Chile a finales de abril de 2020, con números reproductivos cercanos a 1,00. Sin embargo, en ese momento, la carga de pacientes infectados activos era elevada, con un número importante de casos no notificados; la capacidad diagnóstica era todavía limitada y heterogénea entre las regiones del país. Desde el 1 de mayo hasta el 30 de junio se observó un marcado incremento exponencial en el número de casos, con un pico el 14 de junio. En este último período la ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos aumentó hasta el nivel de saturación (89% a nivel nacional; 95% en la Región Metropolitana).
Conclusiones.
Nuestros hallazgos sugieren que las intervenciones de salud pública implementadas parecen haber sido efectivas inicialmente para disminuir la propagación de la pandemia. Las decisiones prematuras de relajar estas intervenciones pueden haber ocasionado un rebote en los casos con una rápida saturación del sistema de atención de salud.