La creciente prevalencia de dependencia funcional derivada del envejecimiento acelerado y la transformación epidemiológica hace inevitable la implementación de nuevos sistemas de cuidados de larga duración (CLD) en las Américas. En marzo del 2021, Costa Rica se convirtió en el único país de ingresos medios en la Región que ha iniciado la aplicación de un sistema nacional de este tipo. En este artículo se compara el diseño del nuevo sistema de cuidados de larga duración de Costa Rica, con los sistemas de Australia, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Japón y Uruguay, y se identifican enseñanzas útiles para el desarrollo de otros sistemas de CLD en la Región. Se analizan cuatro aspectos: el marco legal, el acceso y la cobertura, los tipos de servicios, y los costos y la financiación. Para ello se realizó una revisión de la bibliografía científica y de informes nacionales e internacionales entre el 1 de enero del año 2000 y el primer día de abril del año 2021. El incipiente modelo sigue las principales tendencias de la experiencia internacional. Es progresivamente universal, prioriza la atención domiciliaria, incluye herramientas tecnológicas, crea parámetros de calidad para los servicios, incorpora transferencias monetarias para familiares que se desempeñan como cuidadores, inicia servicios de respiro y desarrolla formación para personas cuidadoras. No obstante, la evidencia internacional muestra que los modelos con menor financiamiento tienen baja cobertura y poca diversidad en servicios. La escasa generosidad fiscal, la ausencia de nuevas fuentes de recursos económicos y la debilidad jurídica arriesgan la ampliación, desarrollo y sostenibilidad del nuevo modelo en las Américas.