Objetivos
Evaluar la ejecución de la segunda ronda de tamizaje del cáncer cervicouterino mediante la detección del virus del papiloma humano (VPH), que se introdujo en 2012-2014 en la provincia argentina de Jujuy con un proyecto piloto para mujeres de edad igual o superior a 30 años; y describir las características de las mujeres que acuden, tal como se recomienda, a una repetición del tamizaje al cabo de cinco años.
Método
Se llevó a cabo un estudio de cohorte retrospectivo con los datos de dos rondas de tamizaje. Se incluyeron todas las mujeres de edad igual o superior a 30 años a las que se había realizado la prueba del VPH con resultado negativo en el proyecto piloto en Jujuy. Para evaluar la ejecución de la ronda, se aplicó el marco de cobertura, eficacia, adopción, ejecución y mantenimiento (RE-AIM, por su sigla en inglés). Se utilizó una regresión multivariable para examinar los factores asociados a la adhesión a la repetición del tamizaje.
Resultados
De las 42 307 mujeres que habían presentado un resultado negativo en la prueba del VPH, en el 47,9% (n = 20 285) se realizó el nuevo tamizaje en la segunda ronda (cobertura); el 69,2% de los establecimientos de salud realizaron al menos una prueba del VPH en la segunda ronda (adopción); y en el 13,3% de las mujeres (n = 5639) se llevó a cabo el segundo tamizaje dentro del margen recomendado de cinco años. Del total de mujeres en las que se repitió el tamizaje, el 9,3% (n = 1888) presentó un resultado positivo para el VPH, y en el 95,0% de estas mujeres se llevó a cabo una citología cervicouterina (prueba de Papanicolaou) con fines de triaje; a su vez, en el 79,2% de las mujeres que presentaron un resultado positivo para el VPH y anomalías citológicas se realizó una colposcopia. Por lo que respecta a las mujeres en las que se repitió el tamizaje a los cinco años, la tasa de detección en la segunda ronda fue de 5,3/1000 mujeres. El porcentaje de mujeres que acudieron al segundo tamizaje a los cinco años fue significativamente mayor en la franja etaria de 30-44 años, así como en las mujeres que disponían de seguro de salud público y en las residentes de la capital de la provincia.
Conclusiones
El segundo tamizaje para las mujeres con un resultado negativo en la primera ronda se enfrenta a desafíos relacionados con la reducción de su cobertura, especialmente si tenemos en cuenta el lapso recomendado de cinco años. A tenor de nuestros resultados, es preciso diseñar estrategias específicas para aumentar las tasas de tamizaje en segunda ronda.
