Objetivo
Determinar si hubo una asociación entre la mortinatalidad durante el parto y la distancia recorrida o la accesibilidad de la atención para el parto, mediante la evaluación de un período anterior y de otro coincidente con la pandemia de COVID-19.
Métodos
Se realizó un estudio de cohorte de base poblacional. Se incluyó a las pacientes que dieron a luz tras el inicio de un trabajo de parto; el criterio de valoración principal fue la mortinatalidad durante el parto. Se clasificaron las ciudades de residencia conforme al cociente entre el número de partos atendidos y el total de partos habidos entre sus residentes; los valores inferiores a 0,1 indican que la accesibilidad de la atención del parto es baja. La distancia recorrida para el parto se calculó utilizando la fórmula de Haversine. Se utilizaron datos del nivel de estudios y la edad de la madre y del sexo biológico neonatal. Para cada período, se evaluó el riesgo relativo mediante un modelo lineal generalizado con varianza de Poisson.
Resultados
Hubo 2 267 534 partos que se produjeron tras el inicio de un trabajo de parto. La mayoría de las pacientes tenían edades comprendidas entre 20 y 35 años, tenían entre 8 y 11 años de estudios y residían en ciudades donde la accesibilidad de la atención del parto era alta. Una accesibilidad baja de la atención del parto se asoció a un aumento del riesgo de mortinatalidad durante el parto en el período prepandémico (riesgo relativo [RR] = 2,02; IC del 95% = [1,64, 2,47]; p < 0,01) y también durante la pandemia (RR = 1,69; IC del 95% = [1.09, 2.55]; p = 0,015). Este resultado fuer independiente de otros factores que incrementan el riesgo, como la distancia recorrida para dar a luz y un menor nivel de estudios.
Conclusiones
Una accesibilidad baja de la atención del parto se asocia a un mayor riesgo de mortinatalidad durante el parto; y se observó una reducción de la accesibilidad durante la pandemia. Los partos asistidos por personal de medicina de familia o de partería y los canales de comunicación oficiales entre el personal médico de atención primaria y el especializado podrían mejorar el comportamiento de las pacientes a la hora de buscar atención de salud.