La carta original en portugués. Traducción no oficial al español
Al editor:
El artículo recientemente publicado sobre el panorama del dengue en los estados miembros de Mercosur (1) aborda un problema de gran importancia para la salud pública en América Latina, sin embargo, merece una mejor discusión que oriente a las acciones gubernamentales. Es pertinente señalar que el escenario epidemiológico actual del dengue, particularmente en Brasil, va acompañado de la propagación de otros arbovirus también transmitidas por mosquitos urbanos (principalmente el Aedes aegypti), como virus del Zika, chikunguña, fiebre amarilla y, más recientemente virus Mayaro. El incremento en la presente década, de la circulación de estos arbovirus en el América Latina muestra una realidad epidemiológica compleja y preocupante, que ya no es más exclusiva del dengue.
Debe tomarse en cuenta la recomendación del estudio, de que los países asociados o miembros del Mercosur, principalmente Brasil, necesitan identificar los factores que favorecen la mayor propagación de enfermedades endémicas (pág. 1). Existe en la literatura una buena comprensión de los aspectos sociales, ambientales y las condiciones climáticas que favorecen la proliferación de estos arbovirus en el entorno urbano. La urbanización descontrolada, las elevadas densidades demográficas (favelas), las altas temperaturas asociadas a las lluvias, el saneamiento precario, la exclusión social y particularmente en Brasil la violencia, son determinantes que favorecen la proliferación de los mosquitos y la circulación de los arbovirus, dificultando o haciendo inviable la eficacia de los servicios de control de vectores y de la vigilancia epidemiológica. Por lo tanto, el desafío no es identificar los factores o determinantes que favorecen el aumento de la propagación, pero sí, identificar formas de suplantar el conjunto de esos determinantes para alcanzar resultados profilácticos efectivos. El estudio recomienda la necesidad urgente de fortalecer las acciones intersectoriales entre Estados de Mercosur. Sin embargo, en la práctica, esta recomendación no contribuye a eludir los factores determinantes en cuestión y lograr una profilaxis eficaz de los arbovirus en las áreas urbanas endémicas.
En la ausencia de vacunas para el conjunto de los arbovirus circulante, la profilaxis depende principalmente del control de los vectores. La historia de las epidemias y la introducción de los nuevos virus revelan que las actuales directrices usadas en el control de vectores no ofrecen la eficiencia necesaria. Por lo tanto, colocando de lado la evidente necesidad de desarrollar vacunas para fines profilácticos inmediatos, el verdadero y urgente desafío es buscar estrategias eficaces para el control de los mosquitos vectores.
Delante de ese desafío, nuevas tecnologías se vienen investigando y probando. En Brasil y en varios países alrededor del mundo, las inversiones y los esfuerzos se vienen haciendo en la liberación de mosquitos genéticamente modificados (por ejemplo, machos estériles) o infectados con Wolbachia. Sin embargo, a pesar de los conflictos éticos y metodológicos de esas tecnologías (2), todavía no hay evidencias de la eficacia profiláctica de estos productos, sobre todo en grandes áreas tropicales endémicas.
Desde el punto de vista teórico-metodológico, es relevante y deseable que las estrategias de control de vectores prioricen las acciones de manejo ambiental, que tienen como objetivo la eliminación duradera de sitios de reproducción permanentes, reduciendo la dependencia de insecticidas paliativos. La gestión ambiental es indiscutiblemente el método de control de vectores más eficaz, económico y sustentable (duradero). Las políticas tradicionales de control vectorial apuestan por la movilización comunitaria para eliminar los sitios de reproducción en áreas urbanas, en general a través del uso de los medios de comunicación. Sin embargo, a pesar de la amplia literatura sobre la participación de la comunidad en la eliminación de los lugares de reproducción de vectores, no hay evidencia de que esta participación es suficientemente viable para producir resultados profilácticos en grandes centros urbanos.
El fracaso histórico de las estrategias de control de vectores en bloquear la circulación de los virus del dengue y demás arbovirus y la pertinencia en priorizar las acciones de manejo ambiental deben guiar el desafío antes mencionado de elaborar nuevas estrategias eficaces de control de los vectores. En ese desafío, es importante hacer una revisión crucial de los conceptos actuales, creencias y metodologías utilizadas en la vigilancia y en control vectorial. Es conveniente reflexionar sobre la pertinencia de usar nuevas tecnologías y conocimientos en los servicios de control de vectores, para eludir los obstáculos sociales y ambiental que han impedido la eficacia de las acciones de control. Por ejemplo, puede ser interesante involucrar a los trabajadores sociales y planificadores urbanos en los equipos de control de vectores. De manera similar, es interesante pensar en mecanismos legales inteligentes (leyes) que fomenten la participación de la comunidad en las acciones de gestión para la eliminación de los sitios de reproducción. El objetivo de estas reflexiones es contribuir a la búsqueda de acciones efectivas de profilaxis de arbovirus en las Américas.