El aumento en la incidencia y distribución geográfica de las arbovirosis constituye uno de los principales problemas de salud pública en la Región de las Américas. La incidencia del dengue ha experimentado una tendencia creciente en los últimos decenios en la Región, donde se ha pasado de una endemicidad baja a hiperendemicidad. También, la incidencia de la fiebre amarilla se ha intensificado en este período, y ha pasado de una actividad restringida a zonas selváticas a presentar brotes urbanos. El chikunguña comenzó a propagarse de forma pandémica en el 2005 a un ritmo sin precedentes y llegó al continente americano en el 2013. Al año siguiente, la infección por el virus del Zika irrumpió también en la Región con un brote explosivo acompañado de gravísimas anomalías congénitas y trastornos neurológicos, hasta convertirse en una de las mayores crisis de salud en los últimos años. La inadecuada vigilancia de las arbovirosis en la Región y la carencia de pruebas serológicas para diferenciar entre los distintos virus plantean retos considerables. Sigue habiendo pocas evidencias científicas en respaldo de las intervenciones de control de vectores. El manejo clínico sigue siendo la piedra angular del control de estas enfermedades. En la actualidad, solo están autorizadas en la Región de las Américas las vacunas contra la fiebre amarilla y contra el dengue, si bien hay varias vacunas experimentales en fase de investigación en ensayos clínicos. El Grupo Mundial de Expertos en Arbovirus ofrece en este artículo un panorama de los progresos, los retos y las recomendaciones sobre prevención y control de las arbovirosis en los países de la Región de las Américas.