Chile está enfrentándose a cambios asociados con la transición demográfica. Hasta ahora, estos retos se han considerado como relacionados exclusivamente con la edad. Esto ha hecho que un conjunto amplio de problemas se aborde desde una perspectiva limitada. Al poner el énfasis en el envejecimiento, se ha dividido un problema multidisciplinario en diferentes partes —en particular, en políticas sociales y de salud— con diferentes actores que tratan el tema desde la perspectiva de su propio sector. Este proceso ha generado una imagen incompleta que no ha permitido definir ni medir la dependencia y la atención a largo plazo, y que ha impedido desarrollar una respuesta coordinada frente a estos temas. En este artículo se aboga por cambiar la definición del problema, adoptando el concepto de la atención a largo plazo, a fin de lograr una perspectiva más profunda e integral de los problemas que surgen de la situación por la que está pasando Chile.