Objetivo
Se describe el funcionamiento cotidiano del Consorcio de Cohortes de América Latina y el Caribe, al tiempo que se brinda información detallada sobre los recursos necesarios y se proponen sugerencias para los investigadores del Caribe con el fin de que esta guía pueda ser utilizada para la puesta en marcha de un proyecto de agrupamiento de datos.
Metodología
El Consorcio de Cohortes de América Latina y el Caribe comenzó mediante la creación de un comité directivo, es decir, un equipo de expertos regionales que orientaron la puesta en marcha y el funcionamiento del proyecto. El Consorcio invita a afiliarse a investigadores que aceptan compartir datos a nivel individual sobre cuestiones de interés y que, a partir de entonces, pueden contribuir a la consecución de los objetivos y el funcionamiento del proyecto; también se les ofrece la posibilidad de ser coautores de artículos. Se utilizó una metodología de revisión sistemática para encontrar investigadores que dispusieran de datos de interés para el proyecto y se elaboró un protocolo, en forma de un manual de procedimientos, a fin de documentar todos los aspectos del funcionamiento del proyecto.
Resultados
Si en un estudio se reclutaba a personas de varios países, la muestra de cada país se contabilizaba como una cohorte diferente. En consecuencia, en el 2024 nuestras fuentes de datos combinadas incluyen más de 30 unidades diferentes de 13 países, con un tamaño muestral combinado de más de 174 000 participantes. A partir de este recurso que tiene unas características únicas, se han elaborado estimaciones del riesgo específicas de cada región para los factores de riesgo cardiometabólico (por ejemplo, antropometría) y las enfermedades cardiovasculares, y se ha creado una puntuación de riesgo cardiovascular específica de cada región para su utilización en el ámbito clínico.
Conclusiones
Los proyectos de agrupamiento de datos son menos costosos que la recopilación de datos nuevos, y aumentan el valor a más largo plazo y el impacto de los datos aportados. Requieren una metodología sistemática y transparente, así como conocimientos especializados en el manejo y análisis de datos. Los investigadores que participan en un proyecto de agrupamiento de datos deben conocer y ser capaces de cumplir las diversas normas de protección de datos previstas en la legislación de los distintos países, ya que es probable que difieran en las distintas jurisdicciones.