Objetivos
Describir la presencia y persistencia de secuelas neurológicas y neuropsicológicas en pacientes pediátricos que contrajeron la infección por el virus del Zika y evaluar si dichas secuelas fueron más comunes en los infectados con el virus del Zika en comparación con los no infectados.
Métodos
Se realizó un estudio de cohorte prospectivo en pacientes pediátricos con y sin infección por el virus del Zika en León (Nicaragua), con una herramienta de evaluación clínica estándar y un cuestionario para recopilar datos sobre los síntomas en tres visitas, con aproximadamente seis meses de diferencia, y un conjunto de instrumentos estandarizados para evaluar la función neurocognitiva, el comportamiento, la depresión y la ansiedad en las últimas dos visitas.
Resultados
Participaron 62 niños y niñas sin diferencias significativas en la demografía por grupo de infección. Los participantes infectados con el virus del Zika mostraron una variedad de síntomas neurológicos, algunos de los cuales persistieron entre 6 y 12 meses; no obstante, no se observó un patrón sistemático en los síntomas. Al inicio del estudio, un pequeño porcentaje de participantes infectados con el virus del Zika mostró resultados anormales a las pruebas dedo-nariz (13%), respuesta al tacto (frío) (13%) y respuesta a la vibración (15%), frente a un 0% en el grupo no infectado. Los déficits neurocognitivos y los problemas de comportamiento fueron comunes en ambos grupos, sin diferencias significativas entre los grupos. Los participantes infectados con el virus del Zika mostraron puntuaciones de eficiencia cognitiva más bajas en la visita a los 6 meses. La ansiedad y la depresión fueron poco frecuentes en ambos grupos.
Conclusiones
Son necesarios estudios más amplios para investigar definitivamente la relación entre la infección por el virus del Zika y los síntomas neurológicos y los problemas neurocognitivos, haciendo ajustes para los factores relacionados con la cognición y el comportamiento, incluidos los trastornos del estado de ánimo y el sueño, el entorno de aprendizaje en el hogar, los antecedentes de infecciones neuroinvasivas y los antecedentes familiares detallados de problemas neuropsicológicos.