El desempeño de los sistemas de salud está relacionado con la garantía del derecho a la salud, un elemento importante de los derechos humanos, que incluyen el derecho a la protección de la salud. La acción regulatoria del Estado tiene por objeto reducir los riesgos para la salud, contribuyendo a mejorar el desempeño de los sistemas de salud, especialmente en lo que respecta a los principios de integralidad y equidad. El objetivo de este artículo es examinar la resiliencia desde la perspectiva de los organismos regulatorios nacionales, especialmente frente a las emergencias de salud pública, y su contribución a la resiliencia de los sistemas de salud, tomando como modelo la actuación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA), el organismo regulatorio de Brasil. La regulación en materia de salud, en el contexto de las emergencias de salud pública, ha ido perfeccionando sus prácticas regulatorias y actuando en diversos frentes. Los organismos regulatorios han utilizado instrumentos específicos para agilizar el acceso a productos eficaces y seguros con el fin de hacer frente a pandemias, prestar una atención de salud de calidad y comunicarse con la sociedad y, en el caso de la ANVISA, también ha habido una actuación en nuevos ámbitos, como la supervisión del desarrollo de los respiradores pulmonares. Para poder enfrentar las emergencias de salud pública, es crucial reconocer la interdependencia entre la mejora de la capacidad de respuesta y el desempeño. Algunos ejemplos son la aprobación rápida de vacunas contra la COVID-19, que permite acelerar la vacunación, así como la colaboración de los organismos regulatorios y, en el caso brasileño, la labor de la ANVISA para reforzar el papel del Sistema Único de Salud (SUS) y el derecho a la salud frente a la desinformación y el negacionismo.