En los estudios sobre la salud poblacional abundan los ejemplos en que de manera equivocada se fuerza a que las causas de la salud sumen 100%. Es un hecho sorprendente, y se encuentran refutaciones claras de dicho error ya en los años ochenta. Habida cuenta de que el análisis, la acción y la asignación de recursos en materia de salud pública se ven perjudicados por los métodos erróneos, analizaré aquí las razones de la persistencia de dicho error. En primer lugar examinaré varios ejemplos destacados: la obra de Doll y Peto de 1981 sobre las causas del cáncer y sus interpretaciones actuales; un artículo muy comentado del 2015 publicado en Science en el que se afirma que dos tercios de los casos de cáncer son atribuibles al azar; y el modelo del muy influyente sitio web sobre “County Health Rankings & Roadmaps. Building a Culture of Health, County by County”, en el que se establece que las causas de la salud suman 100%: el entorno físico (10%), los factores sociales y económicos (40%), la atención clínica (20%) y las conductas saludables (30%). El análisis crítico de estas obras y de algunos debates históricos anteriores revela que, subyacente al error de considerar que las causas de la salud suman 100%, se encuentra el criterio aún dominante y profundamente erróneo de que las causas pueden analizarse desde la perspectiva de lo innato frente a lo adquirido. Existen mejores enfoques para analizar los riesgos y los esfuerzos de seguimiento con el objeto de alcanzar la equidad en la salud.